La semana pasada nos reunimos con el subdirector para
conocer si se ha avanzado algo en los planes de futuro de la corporación y si
iban a facilitar la línea de negocio así
como el organigrama con la nueva estructura de la Cámara.
Al igual que en conversaciones anteriores sobre este tema, la
respuesta es que hay que esperar. Si en su día todo quedaba supeditado al plan
de negocio de la consultora, luego a que éste lo aprobara el comité ejecutivo y a que
finalizara el ERE para reorganizar la entidad cameral, ahora hay que esperar a
la Ley de Cámaras, cuyo borrador, según nos traslada, estará listo antes del
verano. Hacia dónde iremos, qué haremos, en definitiva, el futuro de la corporación,
está condicionado al contenido de esta Ley. Por tanto, una vez más, toca
esperar.
Mientras tanto, y ante nuestras quejas por
tanto traslado y cambio de funciones de empleados sin apenas explicación y de
un día para otro, la empresa pide a la plantilla flexibilidad, adaptación y
colaboración, en definitiva, cambiar la cultura y la mentalidad de los que
integramos la Cámara.
Nuestra respuesta fue que la plantilla ya ha demostrado de
sobra su capacidad de adaptación, y si bien estamos de acuerdo en ese cambio de
'chip', manifestamos que éste ha de empezar por los propios dirigentes de la corporación, en
definitiva, desde los que deben tomar las decisiones hasta el último de los
empleados de la Cámara.
Es más, ante el proceso de cambio en el que la
Cámara está inmersa nos preguntamos si no sería conveniente plantear una
modernización de los órganos rectores, al menos en su funcionamiento, para que
la toma de decisiones sea más ágil y acorde a las nuevas necesidades de la
propia institución.
Aprovechamos también para solicitar que en
cuanto se conozca el borrador de la Ley de Cámaras que prepara el gobierno y/o se conozca hacia dónde
vamos y cómo se va a hacer, se traslade toda esa información en una reunión con
los trabajadores para que así todos seamos realmente partícipes del nuevo rumbo
de la corporación, logrando así una mayor motivación e implicación que redunde
en un mejor clima laboral, y a largo plazo, en la consecución de los objetivos
que se establezcan en ese nuevo plan de trabajo. Por tanto, creemos que este gesto
sería el mejor inicio para que por fin exista un verdadero flujo de
comunicación de los dirigentes hacia los empleados. Como es deseo de todos, si
esta Cámara quiere adaptarse a los nuevos tiempos, el concepto 'salario
emocional' debe ser un concepto a manejar en el día a día.
Esperamos que estas vacaciones nos sirvan a todos para recargar
pilas, especialmente para quienes tienen el deber y la responsabilidad de
manejar este 'barco'.
Feliz descanso veraniego a todos.